Rosa Suarez Garcia Q quieres te cuente Javi del Barquillo, q todos éramos como familia y nunca tuvimos ningún problema entre nosotros, incluso dejarnos dinero prestado unos a otros para hacer compras, a mi padre para comprar madera y mi padre incluso para q otros vecinos compraran cerdos para criar.

Mis padres daban leña y virutas a los vecinos para la cocina en invierno, y sí nos quitaban el agua en el taller de mi padre, siempre la había y entraban a cogerla.

Mi padre tenía mucho trabajo, cuándo decía que tenía que madrugar y acostarse tarde, lo comentaba para encender las máquinas y todos estaban de acuerdo, nadie le ponía pegas, pues eran unos meses duros de trabajo y había q aprovechar.

Yo soy hija de Manolo y Vina los "Mangueiros" q hacían garabatos y éstiles.

Con 61 años, me tocó lavar ropa en la presa que pasaba por El Barquillo y bien q nos gustaba, después tendíamos la ropa en la tierra de Toni, q trabajaba el mármol, ó si allí estaba ocupado, en la huerta de la Pachilina, qué vendía carbón y patatas, quien no podía pagar, apuntaba en una libreta.

Enfrente vivía Pepa la pistola, ó la de Tino el Carretero, la llamaban de las dos formas, debajo de ella María la Casura, con el hijo Marcelo, la nuera y dos nietos, arreglaban potas y casos con estaño y clavos.

Mi madre todo el mundo la conocía por la Mangueira y mi padre Manolo, también por el Mangueiro.

Al lado nuestro, estaba Laura y Santiago q fue camarero y con ellos vivía Falo, hermano de Laura, me acuerdo q era zapatero en las Calles Nuevas, los días de mercado, él era quien ponía los puestos de madera en la plaza.

Éramos muchos más vecinos y todos bien avenidos, con las puertas abiertas, nunca faltó nada, todo era de todos.

En verano salíamos a jugar a la calle, cuando bajaba el calor mi padre sacaba unas sidras y todos picábamos algo en la cera de Marina.

Jugábamos al cascallo y la queda, corríamos, uno se tapaba y después nos tenía q buscar, él q lograba llegar al lugar sin q te viera, decía "Queda" y ese ya no perdía, así hasta q el q lograba ser descubierto, se quedaba la próxima vez.

Marina era la madre de Fernando, el q trabajó en el juzgado y Daniel el otro hijo,

Antes no era el Barquillo, era la calle los gitanos, cuando nosotros llegamos allí, era la calle los gitanos, pq creo q en un derribo q había allí enfrente de casa Rosalía la carnicera, dormían gitanos, pero después yo ya no me acuerdo más, si marcharon, ó los echaron.

Éran personas muy importante, aunque no tuvieran estudios, pero todos muy trabajadores.

Yo tengo 61, vine al Barquillo con 7 desde Villamarin de Salcedo, a los 15 días murió allí una hermana q estaba enferma y después de unos años, nació otra allí, Manolita la del Mangueiro q vivía en Rodaco y también falleció hace dos años.

Me casé hace 41 años, pero mis padres fueron de los últimos en marchar de El Barquillo, mi padre tenía allí el taller, vivíamos justo encima.