Huir de la miseria y nacer de nuevo en Argentina. Dedicado a mi querido amigo Olegario Álvarez emigrante de Tolinas (Grado) de cuya muerte me enteré hace poco, un hombre que dejó en mi vida un grandísimo recuerdo y del que aprendí mucho de la vida con este gran y interesante reportaje. Comentarios
Cuando llegó a Buenos Aires, luego de un viaje de 21 días en barco, Olegario Álvarez nunca imaginó que podría volver a su Asturias natal 16 años después y conversar con su padre sobreviviente de un campo de concentración.
En el segundo piso del antiguo edificio ubicado en la calle Solís al 400, el gran restaurante del centro Asturiano de Buenoa Aires está desierto. Sólo hay un mozo ordenando copas detrás de una elegante barra. Se escuchan unas voces con acento Español que provienen de una sala más pequeña que está al lado: los Asturrianos están jugando a las cartas en un areunión de historias vivientes que se repita cada tarde. El mozo deja su tarea y se les acerca para comentarles que hay alguien que quiere escuchar la historia de alguno de ellos. Olegario se para y con pasos lentos, se acerca y se sienta en una de las mesas vacías del restaurante. Con ayuda de su memoria el Asturiano de 74 años relató su historia que parecía que estaba viendo al final del salón, a donde se perdía su mirada con ojos a veces un poco mojados.
Olegario Álvarez nació en 1932 en Tolinas (Grado) donde vivió hasta los 19 años en una casa de campo que compartía con sus padres y siete hermanos. En 1936 el horror de la guerra civil invadió España hasta 1939 y sumió a su familia y a otras miles a la extrema pobreza. Sin darles respiro, la segunda guerra mundial se llevó a su padre socialista a un campo de concentración de la Alemania gobernada por Adolf Hitler.
En 1952, como una forma de aliviar a sus padres y seguir a otros tantos que ya habían huido de la miseria, Olegario se embarcó hacia América. Durante 21 días de viaje no hizo más que comer, dormir, y mirar al mar. Era la primera vez que salía del pueblo en donde había vivido casí 20 años, sin siquiera tener una radio que lo conectara algo más que las tierras y animales. Su formación escolar se había visto interrumpida años atrás por la necesidad de ayudar a la familia en los que haceres del hogar y el trabajo en el campo. Apenas sabía leer y escribir.
Cuado llegó a Buenos Aires, el 9 de Noviembre de 1952, lo detuvieron en migrcciones por un error en su libro de desembarque. Pasó un mes ymedio preso en el hotel de migraciones, hasta que unos vecinos de su pueblo, que años antes habian venido a Argentina, lograron que salga el 23 de Noviembre.
Pero como si 21 días de barco y más de un mes de encierro no hubieran sido suficientes, ahora le llegaba la noticia de que el Presidente Juan Domingo Perón había decretado que los inmigrantes ya no podían quedarse en Buenos Aires, sino que tenían que trasladarse a 400 Kilómetros de la Capital. Fue así como sus vecinos Asturianos le consiguieron un contrato de trabajo en Mar del Plata a donde debió presentarse ante un juez para dar constancia de que se instalaría allí. Pero al final tuvo suerte de que sus compatriotas consiguieran que se quedase de empleado en una confitería de Constitución en Buenos Aires.
Comenzó así a trabajar en el rubro de la gastronomía del que viviría toda su vida. Al principio se alojó en una habitación en el piso superior del lugar donde trabajaba y asistía a la academia Pitman por la noche para terminar sus estudios. De este modo fue progesando hasta que, en sociedad con otros inmigrantes, puso su prímra confitería.
Años más tarde se casó con una Argentina con quien tuvo, como asegura Olegario emocioando, " un matrimonio muy bueno". Tres años después de haberse casado, su mujer debió ser sometida a una operación de corazón. Todos sus ahorros fueron a parar amanos de los médicos. Al final, la vida le quitaría a su mujer en en el 2001 tras sufrir un accidente en un colectivo que trasladaba a los chicos del hogar Pimpinela donde ella trabajaba.
Olegario y sumujer se preocuparon porque su único hijo se preparara y estudiara para hacer frente al nuevo mundo que se iba desarrollando frente a ellos. Así el jóven logró convertirse en un diplomático que hoy viaja por todo el mundo.
Tras 16 años de estar en Argentina, Olegario volvió a su pueblo donde se reencontró con su familia y su gente. Pudo hablar de nuevo con su padre, quien había sobrevivido a dos guerras, luego de haber trabajado durante años en Cuba como cabo enfermero de un hospital Asturiano, experiencia durante la cual se enamoró de una Ámerica a la que nunca regresó.
Olegario prefirió volver a Buenos Aires donde estaba todo lo que había construido, su presente se encontraba en Argentina, su pasado en Asturias, tierra a la que volvería muchas vece pero sólo para recordar.
Hoy vive sólo en su casa del barrio de Montserrat en Buenos Aires. Tras la muerte de su mujer dejó de trabajar en las confiterías que ahora maneja desde su casa. Vive en una sociedad que él define como " imcomprensible". No logra acostumbrarse a que hoy ni siquiera un documento firmado sirva como garantía, cuando en su pueblo la palabra era suficiente.
Pasas las tardes con sus compatriotas en el Centro Asturiano. Después de todo lo que vivió Olegario sostiene que la vida lo sigue poniendo a prueba. " no hay felicidad completa y continua, entre ellas hay siempre baches".
Olegario Álvarez nació en Asturias en 1932. Vino a Argentina a los 19 años. A pesar de que volvió muchas veces a España sigue viviendo en Buenos Aires. Una historia de vida y una forma de ver el mundo que merecen ser contadas.
- ¿ Por qué vino a Argentina?Cuando yo vine en el 52, en España estaba todo bastante deteriorado por la Guerra Civil y era muy difícil vivir. Éramos todas las familias numerosas y venir a las Américas o donde fuera era algo importantisímo.
¿ Tuvo que pelear en la Guerra Civil? No. Cuando terminó la guerra yo era chico, lo que recuerdo es la postguerra. De la guerra en sí recuerdo muy poco.
¿Y en las Segunda Guerra Mundial tampoco? No, yo no participé en ninguna. De todos modos la guerra que mató a España fue la misma de españa. La otra no le tocó tanto. Pero la guerra de España dejó mucha miseria y necesidades. Fue entonces cuando la gente emigró para Argentina, Cuba, México.
¿ Cómo vivía en España antes de venir a Argentina? Yo no sé como a veces podíamos vivir en aquellos tiempos con las miseria que había. Pero bueno, como no conocíamos otra cosa nos basábamos en lo que teníamos. Sabíamos que si queríamos tener algo debíamos trabajar las tierras y criar anímales. Así fuí viviendo hasta que llegué acá y nací de nuevo.
¿ Cómo logró viajar a Argentina? Desde casi la independencia de Argentina hubo inmigración para acá, Entonces, familias del pueblo de Asturias que habían venido a Buenos Aires antes que nosotros reclamaban gente de España para que viniera a trabajar. En mí casa éramos ocho hermanos y con mis padres diez personas. Yo no sabía ni lo que hacía porque era un chico de diecinueve años pero con la mentalidad de una criatura, criado en el campo, allá no había ni radio, no había nada. Tuve que aprenderlo todo.
¿ El viaje en barco cuanto tiempo duró? Veintiún días.
¿ Qué hizo durante todos esos días? ¿ Conoció a alguien, hizo algún amigo? En el barco no. Amigos hace uno hoy cuando ya está hecho y la vida lo despabila un poco. Pero cuando a usted lo sacan de un pueblo de aldea y lo meten en un barco uno mira a su alrededor y no sabe lo que está observando. No hay amistades ni nada. Es la hora de comer, va a comer, es la hora de acostarse y va a acostarse, sube y mira. No está uno entrabierto ni preparado para hacer amistades.
Debe haber sido un viaje interminable entonces..... Oh, dios me libre, veintiún días de barco y luego estuve un mes y medio preso en el hotel de migraciones de Buenos Aires. Traía el libro de desembarque mal echo y cuando llegué acá se descubrió y me detuvieron. Llegué el 9 de noviembre y salí el 23 de diciembre de inmigración. En Argentina no tenía familia, solamente algunos vecinos del pueblo de Asturias, uno de ellos fue el que me reclamó.
¿ Cómo fue su vida al principio, cuando llegó a Buenos Aires? Yo llegué a Buenos Aires en el año 52. En esa época perón sacó una orden de que no quería que vinieran más inmigrantes a la Capital, que tenían que ir a 400 Kilómetros. Entonces me consiguieron un contrato de trabajo en Mar del Plata pero como yo tenía gente conocida acá en la Capital sólo tuve que ir a Mar de Plata a ver al juez de menores para presentarme y depositar dinero, pero seguí trabajando aquí.
Al principio viví en un negocio. Me llevaron a trabajar a una confitería en constitución que enía una habitacción arriba y vivía ahí mismo donde trabajaba. Estaba todo el día ahí. Salía de trabajar y a vece salía a dar una vuelta por Constitución pero no conocía nada y tenía miedo de perderme así que volvía.
Fue muy difícil. Los problemas fueron grandes. Si me preguntan cómo era realmente cuando vine de España, no sé, era un chico de 19 años de un pueblo para quien, en medio de una ciudad tan grande como esta, solamente subsistir era suficiente.
¿ Pudo estudiar?
En Asturias íbamos al colegio pero después de la guerra fue muy difícil Había que subsistir con lo que se cosechaba y a veces había que trabajar mucho. Fuí al colegio pero no lo suficiente. La gente que veníamos del campo no tráiamos mucho estudio. Cuando llegué a Argentina tuve un patrón muy bueno que me llevó a una academia de noche, la academia Pilma, para prepararme un poco. Los Argentinos a los Españoles nos querían, nos ayudaban. Nostros veníamos a trabajar y trabajar. Mi patrón me ayudó mucho. Era dueño de la confitería donde yo trabajaba. Ahí empecé de lavacopas y después de ayudante de mozo, luego de mozo y así fuí subiendo las categorías.
Entonces usted logró así poner su negocio y prosperar... En la gastronomía vi algo de dinero que no había visto hasta el momento porque en el campo el dinero no se ve, no se maneja. En España el que administraba las cosas era mi padre y si había algo de dinero lo manejaba él. Yo tuve que aprender a conducirme sólo, a acostumbrarme a ver lo que ganaba, a ahorrar y controlarme.
Venir a una ciudad tan grande como esta y querer llegar a tener algo, implica mucho sacrificio. Así vas ahorrando y pones un negocio y a veces te va mal y pones otro de vuelta. La Argetina nunca fue un país muy seguro, tan pronto estás arriba como estás abajo, pero hasta los golpes se llevan, te puedes hundir, pero es el único país también donde te puedes levantar de vuelta.
Yo estuve siempre en el negocio de la gastronomía, fichaba, hacía café, hacia sandwiches, atendía el mostrador, hacía de todo. Ahora es distinto, ahora un chico de dieciocho o veinte años se pone a la caja solo y otro saca el café. Antes nos matábamos trabajando y no era rentable el trabajo que hacíamos como es ahora. Ahora uno tiene un negocio y lo maneja desde las oficinas directamente. Hoy no ves muchos Gallegos trabajando en el mostrador como hacíamos antes, ves todos chicos jóvenes. Una vez me pusieron en la caja en un negocio y me tuve que ir porque no sabía manejarla, todo por códigos, para los chicos es fácil porque nacen con ello, pero para mí era difícil. No era que no lo podía aprender, pero ya de grande uno no quiere tantos problemas.
¿ Se comunicaba con su familia de Asturias? Sí, siempre estuve comunicado, pero antes no era como ahora. Hoy uno llama por teléfono, o todas las semanas lo llaman. Pero en aquella época la carta tardaba quince días en llegar, otros quince días en contestar y otros quince demoraba en llegar, entonces uno pasaba dos o tres meses sin saber de nadie.
¿ De su familia nunca vino nadie a vivir a Argentina? Algunos querían venr pero yo, cuando me di cuenta de lo que era separarse de la familia, no quise que viniera mas nadie.
¿ Pudo volver a España?Sí volví muchas veces, voy seguio allá. recuerdo cuando fuí la primera vez a España, después de estar 16 años acá y vi el pueblo donde nací, a mis padres y a la gente. Yo era tan chico cuando me fuí que llegué a pesar que nunca más iba a regresar. Después de 21 días en barco y todo lo que pasé, cuando me vi de vuelta ahí en medio del pueblo empecé a llorar y llorar y no podía parar con nada, es una emoción que te domina.
Yo fuí muchas veces a España y pude recupeerar la nostalgia que sentí, pero hay mucha gente que nunca mas volvió y eso es triste.Pero el que no lo vivió no lo siente, no lo entiende. ¿ Quién de los hijos o los nietos de los inmigrantes se meten en la cabeza de los abuelos cuando ellos van a la cama de noche? Los hijos y los nietos no se dan cuenta de nada.
¿Nuna pensó en volver a vivir a España?No. yo a España no voy ni loco. Tengos dos hermanas allá todavía, pero uno se acostumbra a vivir acá. Cuando uno viene de chico y deja a toda su familia sufre mucho de entrada, y una vez que va teniendo su casita, su familia, sus cositas, yano quieres volver a vivir a España. Lo que mas valor tiene, es lo que uno construye. España está, si, en los recuerdos, yo vuelvo para recordar. Pero mi vida es está acá en la Argentina. En España los inmigrantes ya somos como extranjeros. Pero igualmente nosotros en Buenos Aires el Centro Asturiano donde conservamos las tradiciones y donde están nuestras raíces.
¿ Como es su vida ahora en Argentina?
Ahora estoy jubilado. Todavía tengo algunas confiterías por ahí, pero ya no trabajo. Desde que murió mi señora ya no quise trabajar más. Creía, como siempre creemos los inmigrantes que el dinero no nos va a alcanzar y ahora pienso me va a sobrar. Con la desgracia uno toma conciencia de eso. Si viviera mi señora, a lo mejor estaría trabajando como un burro, más, más, más. Pero cuando nos pasa una cosas de esas, nos preguntamos, ¿ y ahora qué?. Mi hijo está bien, para qué me voy a matar trabajando tanto.
La vida le da a uno muchas cosas, pero también le saca muchas otras Yo pienso que sacarme a mi señora fue una cosa horrible. Tuve un matrimonio muy bueno con una señora Argentina a la que siempre valoré, pero ahora que no está, me doy más aún cuenta de lo que tenía. Ella trabajaba con los chiquítos huérfanos del hogar Pimpínela y tuvo la fatalidad de ir afuera con ellos y que volcara el colelctivo, murieron seis chicos y dos maestros, entre los quue estaba mi señora. Y así la vida se te corta, ahora lo único que tengo es mucho tiempo para pensar, nada más. Ya pasaron cinco años y no me adapto a vivir solo. La vida siempre lo pone a uno a prueba, siempre sales de una, y te metes en otra, no hay felicidad completa ni continua, entre ella hay siempre baches.
¿ Como influyó toda su experiencia de vida en la educación de sus hijos?Los inmigrantes no tenemos mucho tiempo para expresar todo esto porque cuando se manda a los hijos al colegio ellos ya aprenden otras cosas que uno no aprendió. Llega un momento en el que superan a los padres y a veces esto es malo también porque ya los desmerecen. A los hijos, cuando se creen que son intelígentes y que saben mucho les parece que los padres somos analfabetos, que somos ignorantes. No fue el caso mío. Yo tengo un sólo hijo y eso no me pasó. Pero hay muchos hijos que se avergonzaban de los padres. Porque los inmigrantes de acá se mataron porque los hijos estudiaran, que no tuvieran el mismo problema que tuvimos nosotros, que vinímos semianalfabetos y tuvímos que suplir la deficiencia que teníamos en el estudio con el trabajo.
La juventud de hoy es mu inteligente pero eso tiene que ír acompañado de algo más, de responsabilidad, de seriedad. Por ejemplo, ahora veo que la gente va a España sin documentos, y si los detienen, casí rompen relaciones. Yo vine para acá y traía los papeles mal arreglados y estuve un mes y medio preso y no me quejé con nadie, sabía que la culpa era mía.
¿ Cómo lo educaron a usted? Antiguamente en España había mucho respeto a los padres. Lo que no aprendías en la escuela, te lo enseñaban en la calle. Hacías una macana y venía cualquier personas mayor, te llamaba la atención y uno se quedaba tranquilo, ninguna mala contestación. Ahora usted " le tira la bronca" a un chico que está haciendo una macana en la calle y el chico le insulta, le dice cualquier cosa o viene el padre y lo pelea a usted. Antes eso no existía, había otro respeto, era gente distinta a la de ahora, no había tanta picardía, ni tanta maldad, ni doble intención de las cosas.
A nosotros no se nos ocurría hacer una estafa o agarrar un peso que no fuera nuestro, teníamos un código que aprendíamos de chicos de que eso no se podía hacer. No hacía falta tenerlo firmado ni nada. En el pueblo la gente pedía plata prestada y jamás firmba un documento, la palabra era suficiente, y ahora ni con el documento estás seguro.
Comentarios en el Facebook de Gradonoticias y el Facebook de Javigraoo Alonso.
Diego Arango Fernández: Muchas gracias Javi, yo he tenido la gran suerte de ser familiar de "El Che" como yo lo llamaba, y para mi era como un abuelo mas. Podría decir muchas cosas buenas de ellos, porq tanto el como su mujer eran un ejemplo de PERSONAS para mi, pero me quiero centrar en Grado, el como tanto otros emigrantes no tenían solo una familia, pues tienen la de todos, la que forman con conocidos allí y la familia de estos aquí, y creo que cuido muy bien de las tres y que muchos moscones forman parte de esa tercera familia que tubo y q así se sentían.
Diego Arango Fernández. Por otra parte el amor q el tenia a su Tolinas , subí un día con el recién llegado de Argentina y era como un niño el día de reyes, siempre le gustaba organizar cosas con la familia alli. Desde el 16 de mayo Tolinas siente su ausencia esperemos que al menos una parte de el vuelva a la tierra q tanto quiso y tanto le quiso.
Javigraoo Alonso Que gran y acertado comentario Diego Arango Fernández yo me sentí y sentiré siempre un privilegiado por tener la suerte de haberlo conocido. Como dice el reportaje, es una historia de vida y una forma de ver el mundo que merece ser contada.Me encantaría estar ahí jolín por verle como bien dices Diego con la emoción de un niño esperando por los regalos. Sería bonito y más que razonable que Tolinas tuviera una placa con su nombre, en honor a todos los Emigrantes de Tolinas y Grado.
Precioso el reportaje, un beso tio Olegario.
Javigraoo Alonso: Siempre estarás en mi corazón Olegario D.E.P. has dejado en mí una importante huella como persona, un abrazo fuerte para tu familia e hijo.
Beatriz Polledo: Gran entrevista.... D.E.P. Ahora ya puede estar en Asturias en alma.
: Me lo comparto emociona.
Javigraoo Alonso Gracias Bea, cuando me enteré te juro estuve llorando, y ahora cuando estaba redactando la entrevista, es leerla y ponerte a llorar de emoción.
Beatriz Polledo: Animo Javi, por lo menos te queda el consuelo de haber conocido a un gran hombre y eso no te lo quita nadie....El tiempo se encargará de hacer que cuando leas la entrevista te sientas orgulloso de haberla hecho y ya no tengas ese dolor....
Susana Burtoli: Muy bueno el reportaje, es logíco que estes triste, yo que lo conoci te digo que era un gran hombre y gran amigo , y llevaba a Asturias en el corazón!!!
: Muy bonito el relato. Y sí, es muy complicado regresar cuando llevas un tiempo fuera.
Digamos
que, sin darte cuenta y sin saber exactamente cuál es, se establece un
punto no retorno que viene a determinar lo que dice la entrevista: ahí
está el pasado, los recuerdos. En otro lugar el presente, el futuro...
Jose Antonio Tarrazo: Historias como estas son abundantes entre los emigrantes, nunca salgan de su pais, por muy mala que este la cosa, es un consejo de un emigrante.
Susana Burtoli: Nosotros lo conocimos en el centro Asturiano de Buenos Aires, compartimos muchas fabadas, era muy simpático , siempre estaba sacando fotos. Después que murió su mujer cambio mucho estaba bastante triste.
Que emocion me corre un frio por el cuerpo ...es mas o menos mi historia ,la de mis padres yo tampoco pude volver ... un abrazo.
Una
historia de vida muy parecida a los tantos asturianos que han venido
para Buenos Aires, que me toca muy profundamente, ya que mis padres
llegaron aqui en 1954, yo con tres años, y nunca han regresado a su
Asturias querida y que han pasado por cosas muy parecidas a las que le
ha tocado vivir a Olegario, un verdadero ejemplo. Emocionado hasta las
lagrimas. Un fuerte abrazo a todos mis compatriotas!!! Los llevo en el
corazon!!! Vamos Asturias carajo!!!!!
D. E.P. tu amigo Javier nunca te olvidará.Siempre estarás en mi corazón Olegario D.E.P. has dejado en mí una importante huella como persona, un abrazo fuerte para tu familia e hijo.