En el Ayuntamiento de Grado se ha recibido la noticia del fallecimiento
de D. Francisco Crego Marcos, el cual había recibido la máxima
distinción honorífica del Ayuntamiento de Grado, al haber sido nombrado
Hijo Adoptivo
Consta que el Pleno del Ayuntamiento de 10 de noviembre de 2.008 aprobó
la concesión del Título de Hijo Adoptivo de Grado a Don Francisco Crego
Marcos dado que de conformidad con el expediente instruido y habiéndose
constatado que sin haber nacido en esta ciudad, había destacado de forma
extraordinaria por cualidades o méritos personales y por servicios
prestados en beneficio y honor de Grado que han alcanzado consideración
indiscutible en el concepto público.
De sobras son conocidos los
antecedentes personales del mismo, así como su trayectoria, de la cual
puede destacarse lo siguiente:
Nació un 1 de marzo de 1933 en
Salamanca, donde estudió la carrera de Medicina, una profesión a la que
ha dedicado la mayor parte de su vida por una vocación que, según él
mismo reconoce, le llegó temprana. A Grado llegó en 1960 para
convertirse en médico del concejo. Por entonces, la asistencia como una
prestación pública no estaba generalizada. El "seguro", como se decía en
la época, no alcanzaba a todos. Sólo lo tenían los obreros. No así el
resto de vecinos, labradores, comerciantes o industriales, que tardarían
aún casi dos décadas en obtenerlo. Por entonces, la mayor parte de la
población del municipio vivía en aldeas muy diseminadas en el
territorio, a las que costaba llegar a través de unas carreteras casi
siempre en malas condiciones.
Poco le importaban a Francisco Crego
¿"Don Francisco" para todos los moscones¿ las desfavorables condiciones y
escasos medios con los que tuvo que trabajar durante sus primeros años
de estancia en el concejo. Durante décadas atendió a los que tenían
seguro y a los que no, a los que podían pagar y a los que no, y anduvo
de noche y de día por todos los pueblos y casas donde se le reclamaba.
Siempre con su maletín bajo el brazo o colgado de la mano, de aquí para
allá de forma incansable sin tener en cuenta si era sábado, domingo o
festivo. En su casa siempre se atendía el teléfono y las urgencias,
llamar a "Don Francisco" siempre fue garantía de hallar una respuesta.
Desde
que aquel joven médico llegó a Grado recién iniciada la década de los
años 60, ha pasado mucho tiempo. Tanto que hoy puede decirse que por sus
manos expertas han pasado generaciones y generaciones de moscones. "Don
Francisco", un hombre que ha hecho de su profesión su vida y que
representa la figura de ese médico rural de abnegada dedicación que
tiende a desaparecer por los nuevos modelos de asistencia que se imponen
en la sociedad de nuestros días.
Pocos son los vecinos del concejo
que hoy no conocen a Crego, pero son muchos los que coinciden en señalar
la calidad del profesional y del ser humano, las dos características
que han guiado la trayectoria vital de un médico que nunca quiso dejar
Grado, pese a que tuvo oportunidades de trasladarse a otros lugares
donde probablemente las dificultades del trabajo diario eran menos que
las que ofrecía una plaza entonces rural, con todo lo que implicaba en
la época en la que inició su carrera profesional en el municipio.
Como
ejemplo de su dedicación y entrega podemos citar el llamado "semáforo"
que cuelga del balcón de la casa del médico, una luz verde visible en la
lejanía con la que su esposa, Ana María García, figura inseparable de
la trayectoria de "Don Francisco", alertaba a su marido, cuando éste
salía, de que había una urgencia. Si Crego la veía encendida, sabía que
debía volver rápidamente para atender a quien le necesitara.
En esta
Villa ha recibido también el galardón ¿Moscón de Oro 2003¿ en su
categoría local y como hemos señalado, el Pleno Municipal le concedió la
distinción de Hijo Adoptivo, habiendo tenido lugar el acto de entrega
el día 6 de junio de 2009 en la Capilla de Los Dolores.
No existe
en el Reglamento Municipal una referencia expresa a la declaración del
luto oficial, con lo que se considera suficiente la declaración del
mismo por Decreto de Alcaldía, dando cuenta del mismo al Pleno Municipal
para su conocimiento, máxime cuando la urgencia del asunto requiere una
rápida resolución.
La foto que adjuntamos, corresponde a
nuestro amigo Pablo Lorenzana, del periódico El Comercio