Después de cuatro años de intenso trabajo, habíamos elaborado un programa electoral renovado, adaptado a la realidad del concejo, ambicioso, enfocado a recuperar el pulso económico y comercial del concejo y con una clara vertiente social.

Y para llevarlo a cabo me acompañaba un grupo de mujeres y hombres con formación y capacidad de gestión demostradas tanto en el ámbito público y como en el privado. Pero los resultados electorales obtenidos no fueron los esperados.

Tras un descenso en el número de votos respecto a las elecciones de 2015 no cabe otra postura que llevar a cabo una valoración crítica de la situación y sus causas.

Este análisis se realizó en el ámbito de la candidatura y la militancia del partido en los días posteriores a las elecciones, y en él manifesté cuáles habían sido, a mi juicio, las causas por las que la mayoría de la ciudadanía no nos había otorgado su confianza, por qué no había apoyado con su voto a la, sin duda, mejor candidatura y al mejor programa de los que concurríamos a las elecciones.

La pérdida de votos la situé, y aún lo mantengo, en dos puntos clave: mi falta de acierto para hacer llegar de manera clara la propuesta del Partido Socialista a la ciudadanía de Grado y el hecho, no menor, de no tener mis raíces en el concejo; Y este último aspecto no tiene solución.

Sinceramente, consideraba que el hecho de “no ser de Grado”, a pesar de llevar viviendo aquí casi 22 años, podría ser una ventaja al poder dar otra visión de los problemas y aportar soluciones distintas, más alejadas de posibles intereses familiares o de vecindad. Pero se demostró un hándicap insalvable.

Mi responsabilidad con el Partido Socialista y su proyecto para Grado me obliga a tomar la decisión de dar un paso al lado, renunciar a mi acta de concejal y permitir que me sustituyan en la primera línea municipal mis compañeras y compañeros de candidatura, con igual o mejor formación, capacidad y compromiso que yo, y con sus orígenes en Grado.

Ellas y ellos serán quienes actualicen nuestro proyecto para convertirlo en las próximas elecciones en la opción preferida por los votantes y así poder acabar con el actual gobierno conformista e instalado en la autocomplacencia y la gestión del declive del concejo, sin interés por recuperar la actividad económica y el atractivo de Grado como lugar de trabajo y residencia.

Esta decisión ya estaba tomada después de las elecciones de mayo, y así lo expresé a la ejecutiva local y a los componentes de la candidatura municipal, pero se pospuso hasta ahora para dar apoyo directo a mi compañera Cristina en la concejalía y mostrar así mi agradecimiento, a ella y a todas las demás personas que me acompañaron en la candidatura, por su valentía al dar el paso de trabajar por el bien público y por su disposición a favor del proyecto socialista.

A partir de ahora me pongo a su disposición para ayudar en lo que consideren oportuno.

Termino con el agradecimiento infinito a todas las personas que nos mostraron su apoyo en las pasadas elecciones y les pido que sigan apoyando de igual manera al nuevo equipo.

Ha sido un honor dedicar mi tiempo y trabajo durante los últimos 5 años a representar este proyecto colectivo en el Ayuntamiento de Grado.