El Ministerio Fiscal sostiene que, a las 13.10 horas del 5 de diciembre
de 2018, el acusado conducía un coche propiedad de su madre a la altura
del punto kilométrico 16,800 de la autovía A-63 (La Espina-Oviedo),
término municipal de Grado, en dirección Oviedo, a una velocidad de 217
kilómetros por hora
Fue detectado por un cinemómetro de la Guardia Civil de Tráfico, que
posee un margen de error del 6%, con lo que la velocidad del vehículo
sería, como mínimo, de 203,98 kilómetros por hora.
La máxima permitida en ese punto es la genérica para las autovías, es
decir, 120 kilómetros por hora. Los agentes encargados del cinemómetro
dieron aviso a otra patrulla de la Guardia Civil de Tráfico que les
precedía para que interceptaran el vehículo que conducía el acusado.
Este, al detectar la presencia de un coche oficial de la Guardia Civil,
disminuyó drásticamente su velocidad, llegando a detener su vehículo al
margen de la calzada cuando los agentes le dieron el alto. No obstante,
al llegar el coche oficial que portaba el radar al lugar donde se había
detenido, el acusado reanudó la marcha a toda velocidad, de tal manera
que, aunque las dotaciones de la Guardia Civil le siguieron para
interceptarlo nuevamente, no fueron capaces de alcanzarlo.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito
contra la seguridad vial del artículo 379.1 del Código Penal. Y solicita
que se condene al acusado a multa de 9 meses con una cuota diaria de 8
euros (2.160 euros), con responsabilidad personal subsidiaria en caso de
insolvencia, y privación del derecho a conducir vehículos a motor y
ciclomotores durante 2 años y 6 meses, lo que implica la pérdida de
vigencia del permiso, según el artículo 47 CP.
La foto que adjuntamos corrresponde a un tramo de la Autovía A-63 Oviedo-La Espina, a su paso por Grado.