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Moscones X el Mundo: Edu desde California

Javier Alonso Navarro - Moscones por el Mundo - 29/05/2011 21:02


Hola Javier: Lo primero quisiera felicitarte por tu gran labor que haces, muchas gracias por dejarme participar en esta sección. Mira, me llamo Eduardo González Cuervo, tengo 43 años y soy Moscón nacido en Grado. Leer más.
En la Avenida Fernándo Villabella (en las casas de Tamargo).

Viví allí hasta que tuve 11 años y nos fuimos a vivir a lo que hasta entonces se conocía por "la caleya del Bolao" y que comenzó  a ser la Calle Asturias.
Mi familia es bastante conocida en Grao pues tienen el taller de Renault, Hnos. Cuervo. Mi padre, Emilio, que no es hermano, si no cuñado, es uno de los dueños.

Mi madre, Marité, es también bastante conocida en Grao porque borda y, aunque no debería ser yo quien lo diga, lo hace muy bien. Si alguien no me cree que se acerque a la iglesia de Grao, entre por la puerta lateral de la derecha y mire el Cristo. Ese sudario que lleva lo ha bordado mi madre.


Tenía un hermano, Bernardino, al que mucha gente llamaba tan solo Cuervo. Desafortunadamente se murió de cáncer cuando tenía 21 años y yo 16. Un duro golpe para todos, pero con los golpes de la vida no se puede luchar. Lo único que se puede hacer es recordar a los que quieres y tenerlos siempre en la memoria.

Me preguntas de mis recuerdos en Grado y me doy cuenta de lo mucho que ha llovido. Pues comencé en tercero de EGB en el colegio Virgen del Fresno el mismo año en que lo inauguraron. Uy, sí que me hace sentir viejo, fue entonces cuando se hicieron los colegios unificados y la enseñanza dejó de ser en las pequeñas escuelas para pasar a los grandes centros.

Pues eso, hice la EGB en el Virgen del Fresno y luego el Bachillerato y el COU en el César Rodríguez, que por entonces era el único "insti en Grado". La elección era esa o la profesional.

Estudié la rama de letras pues aunque en la escuela siempre había estudiado francés (no había otra elección) en el instituto escogí inglés, para disgusto de mis padres, que creían  que nunca lo aprobaría. Supongo que lo pillé con ganas pues gracias a esa elección mi vida cambió.

Cuando acabé en el instituto comencé Filología inglesa y estudiar eso es lo que me ha traído al otro lado del mundo. A un lugar del mundo donde nunca pensé verme y del que ahora soy ciudadano (sin perder mi ciudadanía española, por supuesto).

Después de varias oposiciones y de estar dos años trabajando el taller con mi familia, me presenté a unas pruebas de profesor visitante para EEUU. Era el año 2000 y me fui a Madrid a hacer los exámenes. Competí con unas 3000 personas. Pasé los tres primeros exámenes, la entrevista con inmigración y la de una escuela en Campbell, California.

Todo esto sin saber ni donde estaba Campbell ni sin poder escoger destino. Fue uno de estos trenes que te llegan en la vida y o los tomas o los dejas...pero con 32 años no estaba como dejar pasar trenes, así que me vine a California el 6 de agosto del año 2000. Un cambio de vida para el nuevo milenio.


Campbell resultó estar a 50 minutos de San Francisco, en pleno Silicon Valley, donde nacieron las grandes empresas de informática. Viví en San José dos años y trabajé en un Instituto durante ese tiempo, pero no me gustó. Los adolescentes americanos son muy diferentes a lo que yo había experimentado en mis prácticas de instituto en España y a tras dos años pedí traslado y mi oficial de visado me lo concedió.

Fue entonces cuando me vine a San Francisco, la ciudad, según los Americanos, más europea de América y, eso sí te lo puedo asegurar, una de las más bonitas.

Antes de acabar el curso en Campbell, me entrevisté con SFUSD (El Distrito Unificado de San Francisco) y luego me fui una semana a Japón, con mi compañero de piso de entonces, un chico catalán y una chica de Gijón. Nos pasamos una semana en Japón a base de bien (Tokyo es una de mis ciudades favoritas en el mundo) y cuando llegué a casa tenía una mensaje del Distrito de San Francisco ofreciéndome trabajo y fue entonces cuando me mudé a aquí.

Así que llevo residiendo en San Francisco 9 años y viviendo en la calle Corbett, que es la calle que sube al mirador de Twin Peaks. Una montaña desde donde puedes ver toda la ciudad en giro de 180 grados.

Y como dice la canción "I left my heart in San Francisco" (dejé mi corazón en San Franciso).


Esta es una ciudad pequeña, no llega a los 900.000 habitantes pero es un centro financiero muy importante, donde hay gente de todo el mundo, comida de todo el mundo, gustos para todo el mundo y,bueno, según dicen aquí San Francisco es una burbuja dentro de América porque se rige por unos cánones completamente diferentes.

Cuando comencé a trabajar aquí decidí probar con primaria y me ofrecieron Kindergarten. Kindergarten aquí es el primer año de escuela. Entran con 4 y 5 años y tienen que salir leyendo, escribiendo, sumando y restando al final de año...y todo esto en un programa de inmersión, es decir, que no tienen ni idea de español .

Cuando llegan y no les puedo hablar ni una palabra en inglés. Pero es increíble, en un mes hablan como cotorras y dicen cosas muy simpáticas en español. Y eso sí, recibes un amor incondicional. El primer día de escuela cuando los despides para irse a su casa, te dan un abrazo y te dicen  que te van a echar de menos.

Vamos, a mi la primera vez casi se me caen las lágrimas. Estaba de los adolescentes que solo veían en mi al enemigo y de repente abrazos y amor. Ya ves, me gusta tanto que aunque tengo dos credenciales, una de maestro bilingue de educación general (puedo dar todas las asignaturas de Kinder a noveno grado) y otra de profesor de español como segunda lengua para Instittuo...yo sigo con mis Kinder que es donde más he aprendido y lo que más satisfacciones me da.

San Francisco me ha enseñado mucho, pues dejar el bienestar familiar para enfrentarte a la vida completamente solo en un lugar donde no conoces a nadie y no conoces de nada no es nada fácil.

Aquí descubrí mi pasión por la cocina. Siempre me ha gustado comer, pero nunca había cocinado y aquí cuando llegó la ocasión descubrí que cocinar es tan placentero como degustar la comida.

Esto y que soy un lector empedernido, ha supuesto que tenga unos 125 libros de cocina y, por supuesto, el de María Luisa, no falta en mi colección.


Mi vida en San Francisco es bastante tranquila pues ya se me pasó la euforia del principio: conocer bares, ir a fiestas, restaurantes, explorar, ver los museos, hacer nuevos amigos...Ahora mi vida ya está "instalada" y tengo mi pequeño círculo de amig@s con los que hago cosas muy americanas como las famosas barbacoas o ir a cenar en plan tranqui con la botella de vino y el flan (de la flanera que me traje de Grado).

Muchas de las cosas que he disfrutado aquí han sido, lo que para mi, significaron grandes oportunidades de aprender: he estudiado en la Universidad de Berkeley y en la de Stanford. He conocido gente que nunca me imaginé conocería, por ejemplo, Salman Rushdie, Isabel Allende (que vive aquí), Carlos Ruiz Zafón (cuando vivía en Los Angeles), y otros muchos autores.

Ya te he dicho que soy un lector empedernido y San Francisco es una ciudad donde la vida cultural es muy amplia: sinfónica, ópera, ballet, teatro, muchas galerías de arte y, sobre todo, muchas charlas y presentaciones de libros.

Bueno, más o menos esta es mi  vida en San Francisco. Pero...y Grado? Hombre, lo de ser Moscón se lleva en la sangre.


Con Grado empiezo el día pues todos los días (todos) a las 7:00 am aquí que son las 4:00 pm ahí, hablo con mis padres y me cuentan todo lo que pasa en el pueblo y me hablan de la gente que conozco y de la que conocen ellos, de lo que pasa y de si llovió para La Flor y si hubo mercadón...y todo eso. Porque aunque vivo lejos sigo estando muy cerca de mi familia, que es la única que tengo, y mi familia esta en Grado.

Recuerdos de Grado? Buenos y malos. Pero supongo que como los recuerdos que se tiene de todo. Yo solo voy a comentar los buenos.
Recuerdo como buenos momentos en mi infancia el campamento en Matueca de Torio, con Don Servando. Jolín, que bueno era pero que mala leche tenía algunas veces. En total pasé 7 veranos en aquel campamento, que tenía lo que no teníamos en Grado: PISCINA!!!!!

Lo miro en el recuerdo y me hace gracia. Se alternaba cada año si un año iban las niñas primero al otro año la primera quincena nos tocaba a nosotros. Siempre había que volver bien moreno del campamento y me acuerdo de mezclar la nivea con mercromina que decían que te ponía más negro...aunque no sé si era por el sol o por la roña, porque aunque llevábamos jabón, tampoco era que lo utilizáramos mucho :-)

Mis otros buenos recuerdos fueron del instituto y con ello llegan los recuerdos de la adolescencia, las primeras salidas a Santiago y Santana. Toda la noche de Santiago sin dormir más que un par de horas y después al Casal a comenzar las carrozas pidiendo agua. El baile de disfraces en la sala de fiestas El Parke. Todo un clásico. Los veranos el en Aguilar y luego salir a dar una vuelta por Grado.

 Y no sé si es verdad o no, pero parecía que había más vida, no sé si es que cuando voy ahora mucha de aquella gente no está y los que están ya tienen su vida hecha y, como todos, han cambiado.

Recuerdo como fueron cambiando las calles, sobre todo la mía, la Calle Asturias, que pasó de ser un barrizal a ser una de las que se cambiaron varias veces, desde jardines y farolas a plazoleta y parque.

Recuerdo el mercado y desde que estoy aquí me doy cuenta de los buenos productos que tenemos allí y que poco los apreciaba entonces.
Y es que aunque yo cocine muy bien, que lo hago, los garbanzos de aquí nunca sabrán como los de Grao.

Cosas que se echan en falta, lo primero mi familia, aunque he de confesar que vivo solo y me encanta, esto de llegar a casa y no tener que hablar con nadie ni dar explicaciones de donde, cuando ni con quien, es una placer que disfruto totalmente. Para otra gente eso sería un calvario, pero yo eso lo disfruto.

Pues eso, que después de la familia lo que más echo de menos son LOS PASTELES y LOS TOCINILLOS!!! Si es que se me hace la boca agua solo de escribirlo, así es que cuando regreso de Grado vengo como don Pimpón  pues engordo sin control. Pero no lo puedo evitar, me gusta el dulce y para la repostería, no hay mejor pueblo que el mio.

Me preguntas cuántas veces voy a Grado. Estuve tres años sin poder salir de EEUU porque estuve arreglando mis papeles para conseguir una tarjeta visa verde, que es el permiso de residencia. Así que por tres años no pisé ni pueblo ni patria, pero en el momento que me la concedieron, precisamente cuando tenía mis padres aquí de visita,  mi primer viaje fue a Grado.

Suelo pasar las vacaciones de Navidad y las de verano.
Mi verano no es el mejor del mundo pues acabo de trabajar el 27 de mayo y comienzo el curso el 10 de agosto (no me gusta trabajar en agosto aunque aquí haga un frio y una niebla del carajo, agosto es pa ir a la playa!!!) Estoy casi todo el tiempo en Grado y suelo pasar un par de semanas en Paris donde tengo amigos a los que visito cada año, porque para eso he aprendido a ser americano: si te invitan vas y luego los invitas tu a venir.

Este año llego a Grado el 2 de junio. Salgo de aquí el 1 y como sabes hay 9 horas de diferencia, con lo que llego al día siguiente vía Paris, que el mejor vuelo, ya que son solo dos conexiones: SF - Paris / Paris - Asturias.

Digo que es lo mejor porque en el transcurso de casi 11 años las he probado casi todas (Milán, Londres, Frankfurt, Munich, Madrid, Nueva York, Atlanta, Boston, Barcelona y Paris).


Bueno Javier, repito es para mi un placer poder ser participe en tu hermosa sección que has creado de " Moscones X el Mundo"

Te envío varias fotos, mi favorita es con una de mis alumnas después de la ceremonia de Graduación de Kinder (sí has leído bien, aquí también se gradúan en Kinder), no pienses que voy a trabajar en traje y corbata. :-)

Un saludo y espero conocerte en persona en la villa javier el 2 de junio..
Edu
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