Marco Rodríguez y su mujer, también Argentina: Patricia Maciel, son dos Moscones más, integrados plenamente en la sociedad de Grado. Llegaron aquí en Junio de 2004, no fue una decisión rápida para ellos, más bien lo contrario, pasaron dos años para dar el salto y la verdad que a día de hoy, los dos no se arrepienten de aterrizar en Grado. Leer más.
Como nos comenta Marco "Venir no fue precisamente por necesidad, porqué allá yo estaba trabajando, además con un buen trabajo, pero son cosas que se te cruzan por la cabeza y nos vinimos".
Previamente Marco ya había venido a Grado unas tres veces, “En el 91, 95 y 98 mientras su mujer, era la primera vez que venía a Grado, de ahí que le costara más, sobretodo porqué echaba mucho de menos a su familia, en especial a sus padres”.
“La vida no es ni más fácil ni más difícil en Grado, soy de los que pienso que es difícil en todos los sitios, solo depende de cómo te salgan las cosas, si bien o mal y como lo pueda llevar cada uno” aseguran Marco y Maciel
Preguntándole a ambos sobre las ventajas y desventajas de vivir en un concejo pequeño como Grado con respecto a su país Argentina nos responden " las ventajas de vivir en Grado es que para desplazarte al trabajo ‘si haces vida aquí’ no necesitas coche, algo que allá es imprescindible, también desde el punto de vista de la tranquilidad, es mucho más relajado porqué no hay tanta vorágine de gente, además aquí todo el mundo se conoce y está como todo mucho más vigilado”.
“Las únicas desventajas con respecto a vivir en una ciudad tan grande como Buenos Aires, quizás sea que aquí en Grado la vida es mucho más lenta y que también echamos en falta para la gente joven, un centro comercial con cine para que la gente de Grado no tenga que marcharse y desplazarse.”
“La gente de Grado nos acogió muy bien en ese sentido no tenemos ningún problema” como nos dice Maciel y Marco "para no conocernos de nada, solo a mi mama que es de Sobrebeiga en Llantrales, aunque se fue para Argentina con solo 8 años, el trato con los dos a sido hasta ahora estupendo y muy correcto, nos sentimos ambos muy integrados y como dos Moscones más".
Cuando le preguntamos sobre lo que más les costó de su adaptación a Grado nos responden "Nada, porque la vida y las costumbres dentro de sus diferencias, son bastantes similares. España y Argentina somos Países Latinos y no existe tanta diferencia como otros Países que tienen otros horarios, comidas, culturas, etc...
El horario de las comidas y cenas es igual que aquí, quitando los cuatro platos típicos que siempre existen en cada lugar. El clima es bastante parecido al de Argentina, salvo que allá el verano es mucho más intenso con temperaturas de 35 grados todos los días.”
Hablando sobre la diferencia de la comida de aquí y la Argentina Marco comenta "Siempre uno encuentra diferencias, pero bueno cada país la lleva de su manera, en Argentina la carne se maneja de una manera y aquí de otra, al igual que el pescado, pero no hay tampoco grandes diferencias en la comida, aquí se come mucho el potaje, algo que personalmente no me gusta nada, si lo tengo que comer lo como pero me considero carnívoro por naturaleza”.
“De Grado me gusta mucho la tranquilidad, no hay excesivos ruidos, no hay grandes líos, no hay muchos barullos de gente, aquí ves todos los días a la misma gente, te pasas saludando cada tres metros.
Lo que menos me gusta y echa en falta de Grado Marco es un centro comercial y un cine., porqué los demás servicios, Grado tiene de todo: supermercado, tiendas, bancos, farmacias, bares, discotecas, etc.”
Sobre el casco urbano de Grado y sus edificaciones Marco comenta “hay que tener en cuenta que estos pueblos como Grado, están diseñados igual hace más de 200 años, entonces no vas a tirar todo el pueblo abajo para ponerlo todo nuevo y rediseñarlo, pienso que es imposible".
Cada pueblo tiene su estilo y Grado no es feo, tiene como todos su parte moderna y su parte antigua, si quieres ver lo más moderno te vas a la zona de arriba de El Casal, o la C/ Manuel Pedregal.”
Cuando le preguntamos si cambiaría algo de Grado Marco nos responde "Nada en especial, lo único que cambiaría es poder hacer que el verano fuera más largo, pero claro eso ya no depende de mí”, nos comenta mientras ríe Marco.
Sobre lo que más echa en falta Marco y Patricia de su país Argentina dicen, "Lo primero la familia, pero también los amigos, juntarse con tus amigos para comer un buen asado”.
Pero sobretodo confiesa Marco, como buen argentino y amante del fútbol “¡Ir a ver a Boca! Soy un gran aficionado de Boca” y no es de extrañar, ya que nació en aquel barrio.
Por el momento no tienen pensado abandonar Grado, ya que el negocio va bien y se sienten bastante integrados en la capital del concejo moscón.
Marco nos contó algo sorprendente, “Soy el único que desde que llegué, no volví a Argentina y es mucho tiempo, se les echa de menos”.
Creemos que no tardará en ir , pero seguro que vuelve a Grado.