Quiero desde nuestra web trasmitir nuestro más sincero pésame a la familia del
Cabo Patricio, fallecido hoy en Oviedo. Pese a ser de
Vegadeo, era como
un Moscón mas, llevaba unos
20 años en Grado, así lo recuerda en esta emotiva carta
José Cuevas " El Cabo Patricio, MI Compañero, MI Amigo" Esquela Comentarios
EL CABO PATRICIO, MI COMPAÑERO, MI AMIGO, Por José Cuevas
Hoy te fuiste de golpe Patricio, sí, caminando al otro lado pero te
quedas. Subiste a ese tren que todos tenemos el billete regalado nada
más asomar la cabeza a este mundo, quizás por eso lo primero que hacemos
es pegar berridos. Y si digo que te quedas es que aquí en mi pecho, en
mis entrañas reposarás por siempre.
Llegaste hace unos 20 años a Grado, enseguida congeniamos, vivimos aventuras y servicios juntos sin
contar el color del uniforme, también nos corrimos nuestras juergas,
claro que sí. Tenías tanto genio a veces como de humanidad siempre.
Nunca te importó la hora. Ahí estabas tú para lo que fuera. Sobre todo
ayudar a los demás, sin mirar su color, afiliación, estado o importancia
social. Recuerdo que una vez pasadas las dos de la madrugada, corriste a
mi casa a con medicinas que yo no podía haber traído. Un susto de
vértigo en mis oídos. ─Gracias Patricio─ te dije. ─Pareces tonto,
estaría bueno, para lo que quieras, faltaría más─ me contestaste. Nunca
fallaste a nadie, lo podías hacer mejor o peor, pero lo hacías. Noches
sin dormir, doblar servicios, aparentar entre la gente que estábamos en
perfecta disposición y dispuestos. Tenías tanta vitalidad dentro que
hiciste tu energía mía, la regalabas. Te recuerdo con esa mirada noble,
con ese gesto serio y que de repente se convertía en una sonrisa y se
volvía serio de golpe. Me hacías reír mientras te mesabas esa barba que
siempre fue contigo. Me hacías un guiño. ¡Viva la Guardia Civil!. Con
una mirada nos entendimos en los momentos difíciles. Ahora lo mismo,
desde el sitio que estemos. Y te veo sonreir, mirarme.
Regalaste tu vida, entre todos los que te conocimos esparciste bien
hasta el último trozo por cualquier sitio esas hilazas invisibles que
nos unen; no pedías nada a cambio. Te daban las gracias por las cosas
buenas que hiciste y sólo te encogías de hombros, no sacabas pecho.
¡Vamos a tomar un vino!, o el zumo de guindas como le llamabas a ese
anís. Llegado el día de las “alabanzas” todos somos buenos, no necesitas
de este momento Patricio, ya lo fuiste antes, mucho tiempo, en tu
tiempo aquí. Hace apenas nada, me viste pasar y me llamaste para tomar
un café. Te dije que andaba apurado, que lo dejábamos pendiente. Así
queda. Me esperas ¿vale? Como siempre gruñoncete, como siempre.
En mi nombre y nuestra web, queremos trasnmitir nuesto más sincero pésame a su familia, hijos y amigos. D.E.P. Patricio.
José Cuevas
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